viernes, 13 de julio de 2012

PLAN LECTOR

LOS MOLINOS DE VIENTO
(Fragmento de la Obra “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”)

Esta fue la primera aventura de Don Quijote.

Caminaban por los campos de Montiel, cuando de pronto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento. Viéndolos Don Quijote, dijo a su fiel escudero:

- ¿Ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o quizás un poco más de gigantes, con quines pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas?

- ¿Qué gigantes? - dijo Sancho Panza.

- Aquellos que allí ves -respondió su amo- de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.

- Mire vuestra merced –respondió Sancho- que aquellos, no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas.

- Ellos son gigantes –afirmó Don Quijote- y si tienes miedo quítate de ahí, que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.

Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces de advertencia que le daba Sancho. Pero Don Quijote iba tan resuelto que eran gigantes y en voces altas iba diciendo:

- No huyáis, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete.

Levantose en esto un poco de viento, y las grandes aspas empezaron a moverse, a lo que Don Quijote, dijo:

- Pues, aunque mováis más los brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar.

Y diciendo esto, con la lanza en ristre, arremetió a todo galope y embistió con el primer molino que estaba delante; y dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballero y al caballo, que fue rodando muy maltrecho por el campo. Acudió Sancho a socorrerle, y cuando llegó, halló a su amo que no podía moverse.

- ¡Válgame Dios! -dijo Sancho- ¿No le dije que mirase bien lo que hacía, que no eran sino molinos de viento?

- Calla, amigo Sancho –respondió Don Quijote- ; las cosas de la guerra, más que otras, están sujetas a continua mudanza…

Conversaban criado y amo. Don Quijote seguía con sus fantasías y Sancho con las razones de la realidad.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario